Mi marca personal: frágil, imperfecta y magnífica

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El mayor sufrimiento que nos auto-provocamos los profesionales independientes es tratar de hacer creer a los demás que lo que somos es algo sólido como una roca, en lugar de algo líquido y en relación.

Mi hijo de 11 años se preguntaba ayer en voz alta de que está hecho el sol. En su mente, el sol es una especie de emoticono, una imagen redonda con una sonrisa sobre la que giran el resto de planetas.

Le hablé sobre estas impresionantes imágenes de la NASA que muestran la superficie del sol como algo constante y siempre cambiante.

Entonces me di cuenta de que no solemos pensar en el sol como algo líquido. Estamos tan acostumbrados a hablar del sol como una categoría, que nos cuesta percibirlo como algo vivo que bulle y hierve continuamente.

Con la palabra storytelling y la marca personal he vivido una experiencia similar.

Hasta hace poco veía el storytelling y la marca personal como una herramienta para diferenciarme de los demás. ¿El mercado laboral es increíblemente competitivo verdad?

Con el tiempo me he dado cuenta de que el “problema” no surgía del deseo de diferenciarme sino de intentar basar mi diferenciación en la autoestima o, mejor dicho, en intentar protegerla.

Mi deseo de diferenciación surgía del miedo.

Piensa que la autoestima no es más que una creencia, un juicio de valor que tu mente fabrica intentando convencerte de que tu esencia-historia personal es única. A menudo ese juego no es más que un intento de tu yo por protegerse porque no quiere sufrir.

Lo malo de esta historia es que te desconecta porque te hace creer que nadie más la sufre.

Lo sorprendente viene cuando te das permiso para compartir tu historia y tu experiencia con arrugas e imperfecciones. Entonces te das cuenta de que muchas otras personas han pasado por tu misma experiencia. Es como el adolescente que cree que el mobbing sólo le afecta a él y cuando un día el profesor pregunta en voz alta en clase si alguien ha sufrido alguna vez acoso de sus compañeros casi todos levantan la mano. La energía de la clase cambia por completo.

¿Cómo trata uno el sufrimiento que provoca esta historia de desconexión? Déjame que te cuente como lo estoy tratando yo.

  • Lo primero es reconociendo y acogiendo con cariño los sentimientos que me provocan dolor. Aceptándolos y conviviendo con ellos en lugar de tratarlos o de intentar “curarlos” para aparecer perfecto. El dolor es inevitable dijo Buda, el sufrimiento es opcional. Creo que lo Buda intentaba decirnos es que dolor vamos a sufrir en la vida seguro. El problema no es el dolor. El problema es luchar contra el, intentar resistirnos a ese dolor (reprimiendo las emociones negativas asociadas). Si tratas de ser perfecto, el dolor por tu imperfección, saldrá por otro lado.
  • Huyendo de la creencia limitante de que debo ser perfecto e infalible. Nadie lo es ni espera que yo lo sea tampoco. Lo único que hace esta historia es desconectarme de los demás y limitar mi potencial. Mi historia es relación y lo que busco no es sentirme mejor que los demás (autoestima). Lo que busco es sentirme conectado.
  • Aprendiendo a relacionarme mejor con lo bueno que hay en mi. Apreciando que igual que tú, y el resto de seres humanos que viven en este planeta, todos tenemos cosas, cualidades y momentos de esplendor que nos hacen magníficos por los que que debemos alegrarnos, agradecer y honrar. Si sé alegrarme por lo que yo tengo, sabré alegrarme por lo que tú tienes.

Puede que esa sea mi historia en estos momentos. Dejar marchar una historia que se me ha quedado pequeña. Dejar de creer que mi historia es como una etiqueta, un juicio de valor cerrado o algo que me define y limita.

Mi historia en estos momentos es haber aprendido que mi historia personal no es la imagen sobre alguien que deseo ser. Mi marca personal surge simplemente de ser quién soy y de aceptarme tal como soy.

Frágil, imperfecto y magnífico.

 

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filmatu

Me encanta escuchar, aprender y compartir. Enseñó a crear vídeos y relatos audiovisuales sencillos con smartphones a profesionales. Transmite el valor de tu idea, servicio o proyecto con vídeo, logra más apoyos y/o acelera tus ventas. Talleres presenciales y online.
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2 respuestas para “Mi marca personal: frágil, imperfecta y magnífica”

  1. Azucena Vega Amuchástegui -

    Querido Álvaro, resulta “refrescante” leer tu prosa “a chorro”, sin filtros del ego. Gracias. En realidad… por el mero hecho de exitir ¡ya somos únicos! ¿no te parece? No hay que hacer grandes aspavientos: ya somos realmente únicos.

    Te gustará leer a Brené Brown… The gifts of imperfection ¡gran libro! Yo incluyo la “vulnerabilidad” en mi trabajo… es muy nutritivo. Un abrazo desde San Sebastián. Gracias por tu post, Álvaro.

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  2. filmatu -

    Muchas gracias por tus palabras Azucena. Somos realmente únicos es verdad. Y al mismo tiempo no somos para nada diferentes a los demás.

    Creo que cuando tomamos conciencia de esta sencilla idea y la “metemos en el cuerpo” nos vamos entrenando para re-sintonizarnos más rápido de los vaivenes y altibajos de la vida. Nos da menos miedo mostrarnos y comunicarnos con los demás de manera auténtica. Nos sentimos más conectados. Esa es para mí la distintividad óptima.

    Muchas gracias por la recomendación del libro. Conocía la charla TED de René pero no el libro y tiene una pinta estupenda. La vulnerabilidad es algo que voy a seguir explorando y practicando. Estoy descubriendo que el storytelling tiene mucho que ver con la inteligencia emocional. La de la mente y la inteligencia del corazón.

    De nuevo gracias, Azucena.

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