La confianza nace del respeto

Foto: Zdeněk Macháček [Unsplash]
La transformación y la innovación no tienen una venta fácil. Y esto es así porque la transformación y la innovación suelen despertar la voz de uno de los críticos más escépticos e implacables que existen:
Tu crítico interior.
Lo malo no es la existencia del crítico. Si está es por algo y a veces incluso puede sernos útil escuchar su voz.
El problema es cuando nos creemos a pies juntillas que todo lo que dice es la verdad.
Si llevas mucho tiempo creyendo a tu crítico interior puede incluso que hayas llegado a pensar que el crítico eres tú.
Despertar de ese trance es muy difícil porque una de las tretas más sofisticadas que tu crítico interior utiliza para no dejarte crecer es precisamente desconectarte de tu experiencia presente.
Al desconectarte de tu experiencia presente, tu crítico interior te impide ver lo que está pasando con claridad.
Quizá tu crítico interior te esté impidiendo ver con claridad que algo te provocando dolor, que algo te está haciendo sentir vulnerable o que te sientes abrumado por el momento o las circunstancias.
O quizá te esté impidiendo sentir tu energía interior, tu “chi”, y por eso te sientes incapaz de conectar la motivación interna que te sirve para ponerte en marcha.
Sea por lo que sea tu crítico interior se las sabe todas.
Hace 5 años empecé a sentarme a meditar. Hasta que logré integrar la práctica de la meditación en mi día a día experimenté y probé con diferentes técnicas, tiempos y momentos para la práctica.
En algunos momentos experimentaba calma. En otros todo lo contrario.
Mi crítico interior me atacaba a menudo diciéndome que a ver “para qué me sentaba en una silla a sentir el cuerpo y a ver los pensamientos pasar“.
Recuerdo que uno de los argumentos más subrepticios con los que me atacaba era una voz que decía, “¿para qué te sientas a meditar si no lo vas a poder monetizar?“.
Si no conseguía frenarme entonces atacaba mi valía personal: “¿ya vas a ser capaz de monetizar la meditación?” Como si todo lo que hacemos en la vida hubiera de tener un fin monetario.
El crítico interior puede hacerte perder la perspectiva de que hay cosas que uno hace porque quiere hacerlas y no porque tengas que lograr nada.
De hecho esa es una de los principios de la meditación:
Primero uno indaga en cuál es su intención o aspiración con el objetivo de poder conectar con algo que valoras y quieres cultivar (en tu vida, tu trabajo, familia, relaciones).
Después, cuando empiezas a meditar, el entrenamiento se basa en soltar tu expectativa de cómo ha de ir la sesión, abrirte y permitir que la práctica y el proceso vayan (a su ritmo) desvelándote lo que te tengan que desvelar.
Y eso lo practicas momento a momento o al menos en aquellos momentos que “despiertas” y te acuerdas de “volver” a tu experiencia presente.
Esa es la práctica.
Con el tiempo vas aprendiendo que, por lo general, cuando sueltas y dejas de aferrarte a lo que esperabas que fuera “tu sentada” es precisamente cuando ¡bang!, la bruma se va y, a veces, consigues ver las cosas con claridad.
Es un proceso progresivo de toma de conciencia y como toda habilidad que se entrena con el tiempo va mejorando.
Así, momento a momento, es como he ido aprendiendo y sigo aprendiendo, a relacionarme mejor con mi crítico interior.
También a ponerle límites.
Supongo que por eso empecé a meditar. Pero entonces no tenía claro cómo meditar me iba a beneficiar ni que ahora estaría compartiendo estas líneas.
Uno de los retos con los que tarde o temprano habrá de lidiar cualquier profesional que quiera crecer, cambiar, innovar o evolucionar tiene que ver con superar el escepticismo y la desconfianza.
Si vas a empezar a practicar algo que es importante para ti hazlo porque sí.
Hagas lo que hagas hazlo porque te respetas, porque te aprecias y porque valoras lo que haces.
Recuerda que la confianza nace del respeto.
Si no te respetas y empiezas a cuidar y valorar lo que haces por el valor del SI MISMO, nadie lo hará.
Y si tú no crees que lo que haces importa será difícil que los demás lo crean.
The following two tabs change content below.
filmatu
Me encanta escuchar, aprender y compartir. Enseñó a crear vídeos y relatos audiovisuales sencillos con smartphones a profesionales. Transmite el valor de tu idea, servicio o proyecto con vídeo, logra más apoyos y/o acelera tus ventas. Talleres presenciales y online.
Hola,
Creo que la notificación con tu post ha llegado a mi correo con un timing prácticamente perfecto.
Me parece muy interesante y me estoy planteando la meditación como ejercicio personal, entre otras cosas porque creo que tengo a mi crítico interior demasiado fuerte y porque estoy pasando por una etapa con mucho “ruido”, que me desorienta constantemente.
Mi pregunta es, si quiero empezar con la meditación o alguna técnica “derivada”… Por dónde me recomiendas que empiece?
Muchas gracias por compartir tus experiencias y pensamientos.
Gracias por comentar. Me alegro que mi post haya llegado en buen momento.
Como libro te recomiendo “Aprender a Practicar Mindfulness” de Vicente Simón. Es uno de los pioneros del mindfulness y la compasión en España (el libro va por la decimosexta edición).
Para empezar a sentarte no te hace falta mucho más que una silla y un lugar y momento tranquilo. La mejor recomendación que puedo ofrecerte es que al principio empieces suave-suave y construir desde ahí. Si solo te sientas un minuto al día pues un minuto al día, y si te sientas cinco pues cinco. Lo importante al principio es no forzar.
Una vez que hayas entrenado más tu atención a estar más en el presente será más fácil darte cuenta de que los pensamientos y juicios no son la realidad.
Ánimo.